Ayer leí una historia, sobre la importancia de demostrar el cariño a los niños. Es verdad que aunque muchas veces sea más difícil, se consiguen mejores resultados con amor, paciencia y cariño que a gritos y con malas maneras. Muchas veces se dice que la educación está sólo en manos de la escuela, pero no estoy de acuerdo. Los primeros años de un niño, no los pasa en la escuela, sino con su familia y seres queridos, quienes deben desde un primer momento orientar su comportamiento y conducta. Debemos enseñarles la importancia del control de las emociones, expresarlas es algo sano y saludable, les ayudará a ser más felices. Al igual que la tolerancia a la frustración, un niño frustrado no es un niño sano y a la larga esto puede acarrear problemas mucho más serios. Estar triste puede que en un determinado momento nos parezca una nimiedad. Hay que ser conscientes de que sentando las bases para una sana autoestima, estamos proporcionando las herramientas adecuadas para que nuestros niños sean capaces de enfrentarse al mundo.
Aquí os dejo la historia
UN NUDO EN LA SÁBANA
En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos.
Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños.
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.
Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana.
Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela.
Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros.
Aquél padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá.
Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.
Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.
Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.
Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.
Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.
“Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e integridad, piensen en ti”
ANÓNIMO
Te dejo un nudo en este mensaje, muy bonito.
ResponderEliminar¡Ohh! Alberto muchas gracias, eres el primero que me comenta. ¡¡Qué ilusión!!
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